lundi, septembre 25, 2006

Contra La Iglesia

La oposición al libro de primero de secundaria Ciencias I Biología por parte de la iglesia católica (y de una buena parte de sus incondicionales) esta basada en esa peregrina idea de que el sexo es un acto amoroso.

Esta visión estrecha, cavernaria y ultra-católica del sexo es el principio que abraza la argumentación del Cardenal Rivera: "No se da una visión completa de lo que es el amor sino simplemente una visión genital de lo que es la sexualidad".
Para el Cardenal los libros de ciencia biológica destinados a impartir el conocimiento científico, deben pasar por la concepción moral de la iglesia; según él, no debemos mostrar a los jóvenes el acto sexual como un acto sexual sino como un acto amoroso. "(La Iglesia) se opone firmemente a un sistema de información sexual desvinculado de los principios morales; dicha postura no es sino un estímulo para introducirse en la experiencia del placer sexual, abriendo el camino al vicio", destacó en un documento la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Con lo del “camino al vicio” me imagino que se refiere a la masturbación y si, es probable que la información despierte una inquietud inusitada en los jóvenes, pero si existe un fundamento científico en el cual se demuestre que la masturbación no es causal de ningún defecto psicológico o físico, el Cardenal y su séquito deberán soportar la inmoralidad de los libros y la masturbación colectiva de sus lectores.
No es papel del estado tutelar el nivel onanistico de sus gobernados.

Lo que sorprende en este razonamiento es que no se cuestiona el valor científico, sino el valor moral de los libros y peor aun; su argumentación ( si así puede llamarse a los mandatos de la doctrina) pasa no sólo por la relación entre el amor y el sexo, sino por (ay) el ¡matrimonio!.

Esta aberración nos pone frente a un dilema: ¿Cómo le decimos a este joven nacido en una sociedad de consumo altamente sexual ( sólo en 2002 se rodaron 467 películas en Hollywood contra 11,303 de la bonante industria hardcore) que el acto sexual tiene algo que ver con el matrimonio?. Hace falta ser ingenuo para imaginar siquiera que la falsedad de esta premisa no ha sido descubierta ya por el adolescente mucho tiempo antes de tener el libro en sus manos.

Pero hay una segunda argumentación que no viene precisamente de la iglesia: “Se sugiere la práctica de parafilias que de manera indirecta pueden inducir al uso de material pornográfico y derivar en el adolescente conductas patológicas", recrimina un desplegado de agrupaciones católicas de Aguascalientes avalado por el Obispo de la misma localidad.

Son estas mismas asociaciones civiles y de padres de familia (500 según Reforma) las que ponen el tema familiar en la palestra: "La familia es el lugar preferente para la educación sexual, la cual es un derecho inalienable y una obligación de los padres". "Se toman decisiones a nivel central sin la previa consulta de los padres, que tenemos el derecho a saber qué se les enseña a nuestros hijos”. Declaraciones que son de inmediato secundadas por la iglesia: "Los padres de familia tienen el derecho antes que nadie, antes que cualquier institución, de la educación de sus hijos; es un derecho inalienable, irrenunciable que tienen los padres", destacó Francisco Robles, Arzobispo de Monterrey.

Contra este derecho “inalienable” le cedo la palabra al implacable Savater, que con la lucidez que le caracteriza hecha luz sobre el tema. “ Los padres de cierta ortodoxia pueden enseñar a sus hijos que la homosexualidad es una perversión y que no hay otra familia que la heterosexual; la escuela debe informar alternativamente de que tal "perversión" es perfectamente legal y una opción moral asumible por muchos, con la que deben acostumbrarse a convivir sin hostilidad incluso quienes peor la aceptan”.

Con esto me parece claro que la educación sexual debe desvincularse absolutamente del amor y de toda moralina hedionda que se le quiera imponer. Deben ser los académicos y no los miembros de una religión quienes decidan los contenidos de los libros escolares.

Y volvemos a la cantaleta de la educación: O educamos a los jóvenes en el respeto a la diversidad sexual o seguimos reproduciendo y tolerando ese odio repugnante hacia los homosexuales y a toda forma de preferencia sexual alternativa. O informamos a los adolescentes (y a la sociedad en general) sobre las virtudes en los métodos de contracepción o seguimos contando las muertes por legrados clandestinos y por contagios de VIH ( aquí cabria preguntar a esos grupos conservadores que tanto se ufanan de defender el bien común, a quién debemos cargarle los millones de muertos que dejó la prohibición del condón por parte del Vaticano del casi beato Juan Pablo II.) O instruimos a las nuevas generaciones con información abierta, clara y veraz o seguimos engrosando las estadísticas de embarazos no deseados (el porcentaje en México es desolador: 300,000 embarazos -15 % del total- provienen de jóvenes entre 15 y 19 años.) Las cifras no dejan espacio a la especulación.
La educación es como siempre el principio, pero también el fin de este círculo vicioso.

Ricardo Tapia
Bruselas, Belgica
24/08/2006

mardi, août 08, 2006

Ese de allá soy yo.

A veces creo que debería tener una empresa.
Llegar a la oficina con una camisa blanca impecablemente almidonada, corbata amarilla de pingüinitos y mancuernillas de marca rimbombante.
Pedir el café a la secretaria y escuchar el Buenos Días Señor, rematado por un ¿No necesita algo mas?. Y contestar con una sonrisa amable: No Tere, sólo llame al licenciado Zepeda (Zempeda para los de confianza) y dígale que no puedo ir a la cena.

Beber mi café con el meñique erecto y olvidarme de Zepeda (Zempeda para los de confianza) y proceder a la revisión de las cuentas bancarias. Salir a comer y encontrar mi coche libre de tizas blancas gracias al franelero que ha retirado las cacas de la pintura.

Creo que eso debería hacer en lugar de estar aquí llenándome la cabeza de palabras.
Buscar un trabajo respetable y dejar de anotar estupideces en una libreta.

Con la libreta los vecinos piensan que soy escritor; pero de escritor nada. No saben que regularmente anoto solo eso, estupideces (quién pensaría que se me ocurre algo interesante sentado detrás de una ventana.)

Y aqui estoy, sentado detrás de esa ventana con un amasijo de cables colgando.
Los vecinos me miran intrigados (acostumbran verme con la libreta y no con un amasijo de cables colgando,) A lo lejos el indio de la tienda me señala: ese de allá.
Y ese de allá soy yo, pero no hago caso; traje el ordenador y mis cables porque estoy buscando trabajo.

Y comienzo en mi búsqueda y sólo hay de chofer y de ayudante de cocina. Lo de la cocina lo he probado en Barcelona y lo he pasado muy mal. Si hiciera la ociosa multiplicación de ocho horas fregando platos por dos semanas de trabajo, tendría como resultado dos semanas sin espalda y un mes más de complicaciones. Lo de chofer me imagino que es lo mismo, pero leo la oferta: “Conocimiento de las redes viales en Bélgica y Europa”. Francamente yo de redes viales conozco lo mismo que de metafísica postkantiana. Nada.

¿Que tal cuidador de ancianos?. “Experiencia mínima, dos años”.
Bueno, de todas maneras no es una buena idea, nunca he vivido con un viejo y menos le he cambiado los pañales a nadie.

¿Y Niños? No estaría mal pero piden diplomas. ¡Diplomas para cuidar niños!. (si la asignatura fuese obligatoria al menos habría menos estupidez en el mundo.) Diplomas para cuidar niños...

“Obrero Polivalente; Holandés, Francés e Inglés obligatorio.”
¿Habrá en el mundo algún obrero polivalente que se exprese correctamente en su propia lengua?. ¿Y en una fabrica? “Licencia Tipo C y permiso para conducir montacargas”. Qué idea; un permiso de conducción de montacargas.

Y así se me va la tarde. Las farolas se iluminan y yo me pregunto si los vecinos me echaran de menos; quizá les gustaría contarme algún secreto; quizá el indio se detendrá a lo lejos y señalará a ese de allá; y ese de allá no seré yo. Yo estaré encerrado en una empresa cuarenta horas por semana y ese de allá será otro desgraciado que anhelará la vida que yo tendré en ese momento... Y así se me va la tarde...

Ricardo Tapia
Bruselas, Belgica.
25/07/2006

jeudi, juillet 06, 2006

La Última Crónica.














Mesa de trabajo. Bruselas, Bélgica.

Todas las semanas escribo mi última crónica.
No, no es mentira. No ha pasado un solo día en que no tenga la certeza de que en algún momento no tendré nada más que decir.

Me sucede a menudo: las ideas van, vienen.
Hago lo que puedo: las suelto, espero. Cambio de sujeto y nada.
Comienzo de nuevo y nada: frases rotas, ideas sueltas.
Me sucede a menudo.

Cada tarde me hago la misma pregunta, ¿Y ahora qué?. Y pienso en los amigos, o en los que fueron los amigos. No sé por qué en los amigos, porque casi no tengo: pero los tuve. Y escribo para ellos. Para que estén aquí. Para que no me olviden.

Y el tiempo sigue y nada.
Me levanto, lo dejo, me aburro.

Es absurdo porque por escribir puedo escribir sobre cualquier cosa. Ahora mismo veo una ventana sucia, una mosca muerta (ahora aletea, parece que me escucha al teclear su nombre: m-o-s-c-a) el viento, los árboles, el sol, el gato.
Podría escribir un texto sobre el gato que viene todos los días al balcón y me mira.
Pero qué puedo decir de un gato que viene a orinarse y a dormir la siesta en mi balcón.

Olvídenlo, de todas maneras no pienso hablar de gatos; no me gustan los gatos.

¿Lo ven?, Sólo frases truncas.
A veces quiero hablarles de mi vecina; la encueratriz de la tercera planta, pero creo que es sólo por usar la palabra encueratriz que me gusta mucho (he escrito páginas enteras obsesionado por una sola palabra.) Encueratriz me gusta porque que me recuerda a los amigos, a las correrías nocturnas por la Ciudad de México.

Creo que la historia de la encueratriz (disculpen que abuse del término pero es que me gusta mucho) podría ser interesante. Últimamente le ha dado por salir con un tangón fosforescente de esos que quitan el aliento.

Por las mañanas se cuelga el bikini y se pone en la terraza con una bebida y unas gafas de sol (ahora completa el cuadro fumando un cigarro.)
Es joven, parece guapa.
Yo la miro, pero nunca sé cuando me mira. Quizá duerme, quizá me vigila (se ha puesto boca abajo, apuesto a que sabe que escribo sobre ella), la dejo, desisto.

Ahora llega un hombre y comienza a besarla. Ella le toma en sus brazos y comienza a desabrocharle... pero... es demasiado tarde.
Tengo que enviar el texto al periódico y como siempre la inspiración ha llegado en el peor momento.
Ustedes amigos sabrán disculparme. Lo he intentado.
Veremos si la semana siguiente se me ocurre algo mejor.

Ricardo Tapia.
Bruselas, Bélgica.
06/07/2006

lundi, juin 26, 2006

La Derrota Circular.














Nos Vamos al Mundial. México vs Panama. Estadio Azteca. Foto Ricardo Tapia.

A continuación me permitiré ampliar un comentario que hice hace unos meses en un blog del Periódico El Universal:

Como cada cuatro años, la explotación del sentimiento nacional por parte de las televisoras y sus anunciantes crearon un cúmulo de falsas expectativas.
Con una ingenuidad asombrosa, cientos de miles de mexicanos volvieron a creer en un engaño envuelto de exaltación nacionalista. La estafa les salió de maravilla.
Lucrar con el chovinismo de una masa ávida de ilusiones es un negocio redondo.

Por ahora el negocio ha terminado.
Los mexicanos escribieron una página más en la tendencia endémica de la derrota; esa insufrible tradición mexicana que algunos, entre ellos Borgetti, se empeñan en negar.
Para él y algunos aficionados, el equipo no perdió por su incapacidad o por su falta de talento sino simplemente por esa certeza universal casi absoluta, de que no nos quieren a los mexicanos.

Enumerar lo que viene a continuación es hacer apología de la obviedad: El entrenador presentará su renuncia en medio del reclamo popular (amén de que algunos le estaremos eternamente agradecidos por habernos ahorrado esa infamia callejera -de muy mal gusto- conocida mundialmente como la Cuauhtemiña.)
Nuestro orgullo nacional de apellido Sánchez declarará hundido en su vanidad que él lo advirtió a tiempo, que México necesita a un mesías triunfador, como él, claro esta.
Los mexicanos se envolverán en sus disertaciones tácticas y la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) anunciará, no sin afectación grandilocuente, que ha llegado el momento de una renovación, de un cambio profundo en las estructuras de selecciones nacionales. Algunos comentaristas se regodearan en su ego y el círculo volverá a su punto de partida.

La analogía de lo circular no es gratuita. Las derrotas se repiten en cada justa en el seno de toda federación. Las instituciones deportivas son manejadas desde hace décadas bajo los mismos criterios de incompetencia, favoritismo y corrupción.

En lo sustantivo, las políticas de reclutamiento de jugadores, la educación deportiva y psicológica de atletas de alto rendimiento sigue siendo poco menos que mediocre.
En un país sin educación, la educación deportiva es casi un lujo.
Los trabajos en fuerzas básicas, salvo el espléndido trabajo de los jóvenes campeones del mundo, seguirán generando excepciones que confirmen la regla.
Entre cien millones de mexicanos seguiremos esperando a los redentores: a Cuauhtémoc o algún otro menos repugnante que realice el milagro.

Al final la lección se repite pero parece que jamás la afrontamos: El fútbol es, como tantas otras cosas que van desde lo deportivo hasta lo social, el reflejo de un país, de una sociedad y de un gobierno. Si nada de eso ha cambiado en casi ochenta años ¿Por qué cambiaria ahora la historia del fútbol?.

Ricardo Tapia
Bruselas, Bélgica.
25/06/2006

jeudi, juin 15, 2006

En La Feria del Libro.


















Mario Vargas Llosa. Feria del Libro 2006. Madrid. España. Foto Ricardo Tapia.

Me he encontrado con Mario Vargas Llosa en el Parque del Retiro aquí en Madrid. Digo que me he encontrado con él porque esta firmando libros en una feria de libros, no porque lo conozca ni mucho menos.

A mi todo este jaleo de firmas no me interesa (¿Habrá algo mas rematadamente idiota que una firma?).
He llegado aquí por casualidad: las ferias de libros no me gustan; me deprimen.
Yo he venido al parque a escribir y en el camino me he encontrado con este hombre y con miles de personas deambulando a su alrededor.

Yo escribo sin tumultos ni gente haciendo filas para saludarme.
Ellos están del otro lado con ese hombre que luce tan bien, tan impecablemente bien.
He pasado a su lado y le he olido, le he visto secarse el sudor y saludar amablemente a todas esas personas que vienen en busca de su firma.

Lo de la rúbrica es solo un pretexto.
Aquí viene la gente a soltarle unos monólogos increíbles.
La mujer le recuerda su infancia en Arequipa, le dice que era su vecina, hija de Doña Chole, la que cuidaba de su prima, la hija de Doña Julia.
Él parece interesado, la mira intentando reconocerla.
Parece atento, su amabilidad sorprende, no tiene prisa: escucha, sonríe, asiente, observa; su mirada es categórica, a veces condescendiente.

Ahora viene una francesa a la que he visto formada desde hace un par de horas.
Se acerca y le da la mano, no dice nada.
Vargas Llosa sonríe de nuevo dando pie a la dedicatoria pero la mujer no tiene libro, sólo tiene una botella de Coca- Cola rellena de agua en la mano.

Yo tampoco he dicho nada, no tengo libro y tampoco me he formado en la fila. Pero ¿qué podría preguntarle?.No le puedo decir que me gustan sus libros porque apenas he leído dos o tres de ellos y salvo el de Trujillo no recuerdo siquiera de lo que tratan.
No tengo ganas de preguntar nada y tampoco de escribir nada; ya lo he dicho, las ferias de libros me deprimen.

Tengo la impresión de que los autores son tratados como bailarinas. Los altavoces se tuercen cada cinco minutos, sólo que en lugar de pistas y pasarelas hay casillas y en lugar de Ébano y Desiré presentan a David Trueba y Nieves Hernández.

Pero no me deprime la prostitución literaria sino la profusión de libros, hay tal cantidad de ejemplares que es imposible no sentirse abrumado, ignorante.

Pienso en esto en medio de las cavilaciones de la francesa que al final se decide a interactuar con Vargas Llosa y le pregunta a qué se dedica.
La pregunta me sorprende mas a mí que a él.
Él ha vuelto a sonreír y ha respondido con una extraordinaria benevolencia.
Le ha dicho que se dedica a escribir a lo que la francesa ha reaccionado sorprendida.

La respuesta parece inquietarle. Quizá pensaba que sólo se dedicaba a firmarlos; no lo sé... uno nunca sabe.

Ricardo Tapia.
Madrid. España.
15/06/2006

lundi, juin 12, 2006

Volver a la Rue de L'Odéon.


















La conocí en el estudio de Bettina Rheims en Paris.

Preparábamos la retrospectiva que presentaríamos en Oslo cuando la vi ahí, sentada con los ojos cubiertos en llanto, humedeciendo nerviosamente el cigarro que colgaba de sus labios.

Me resulta difícil hablar de ella.
No tengo ninguna secuencia, ningún recuerdo lineal.
Sólo fragmentos en los que aparece su habitación en la Place Vendôme; esa habitación blanca, límpidamente blanca que era como un reflejo suyo.

De aquel lugar vienen mis recuerdos, de esa duela donde me tiraba a contarle falsedades, anécdotas imposibles que me permitían descifrar la naturaleza inalcanzable de su cuerpo.
Era ahí que pasaba noches enteras mirando la tensión en su espalda... la belleza de su cintura cayendo rotunda hasta el borde de la cadera.

Tirado a su lado contemplaba la luz....
No había momento mas afortunado que aquel en que el sol entraba por el ático; con el alba su rostro era lo más cercano a la belleza, a la más inmaculada perfección.

Durante aquel tiempo no publiqué una sola fotografía.
Los editores de Harper’s estuvieron a punto de echarme pero no había nada en el mundo que tuviese valor frente a su presencia; mi universo entero se reducía a una sola mirada, a ese encanto desbordante de una sola mirada.

Poco antes de su partida nos encontramos en la Rue Saint Honoré.
El fotógrafo de Vogue; un imbecil que vivía frente al Deux Magots; la había contratado para la colección de invierno de Hermès pero los directivos rechazaron la campaña diciendo que su mirada tenia el sueño de la primavera y no el del invierno que buscaba la marca.

Al caer la tarde compramos regalos para su hermana: una camiseta de colores y un pantalón a cuadros que costaron una fortuna. Caminamos desde mi casa frente al número 21 de la Rue de l’Odéon hasta el estudio de Bettina que parecía enloquecida.
Las tres tomas que hicimos en Suecia habían sido censuradas por el ministerio de cultura que se negaba a mostrar un desnudo en primer plano como imagen de la retrospectiva.

Maria sacó de la bolsa las prendas de su hermana y sin mediar palabra se quitó el vestido, se puso el pantalón a cuadros y una pequeña camiseta a colores que mostraba su pecho.
Con una sonrisa intento cubrirse. Ató sus cabellos a un par de prendedores y soltó esa rasta extraña dejándola caer a su lado...

De la increíble sexualidad que contiene la obra de Bettina, aquello era lo más sexual que había visto jamás, sus posiciones eran de un erotismo desquiciante, frenético.
A lo largo de la cesión no miró ni un solo instante a la cámara; su mirada parecia perdida en el tiempo, en un tiempo que no era el tiempo.
Su silencio era algo etéreo, algo convulso como es el silencio...

Aquella fue sin duda la última vez...
Desde entonces me he perdido intentando olvidarla, nunca supe nada mas de ella hasta esta mañana en que he vuelto al número 21 de la Rue de l 'Odeon.

La retrospectiva de Bettina ha llegado a Paris y por unos instantes todo aquello me parece una mentira, una ficción... algo que seguramente jamás sucedió.

Ricardo Tapia
Bruselas, Bélgica.
31/05/2006.

En Defensa del Lector.














Kiosco en la Rambla. Barcelona. Foto Ricardo Tapia.

Permítanme aclararles una cosa.
Desde que llegué a Bélgica, harán ahora poco mas de siete meses, no tengo trabajo.

He decidido revelar esta circunstancia con el único fin de que una buena parte de esas personas que siguen semana a semana estas crónicas, puedan dejar de inundar mi correo con preguntas que intentan a toda costa posicionarme en algún lugar de la escala social: qué si soy narco, qué si diplomático, qué si millonario, qué si padrote.
En esta situación en la que mis estados financieros se imprimen en números rojos, nada me gustaría mas que desempeñar cualquiera de estas nobles actividades, pero no, no soy padrote; soy solo un simple lector desempleado.

Hablo del correo electrónico, pero me pasa también en la calle, con la gente que conozco, con los amigos y los no tanto. Es algo que veo en su mirada. Una sensación de incomodidad, de desconcierto cada vez que me preguntan a que me dedico y yo respondo: A leer. ¿A leer?. Me contestan sonriendo. Pero... ¿Qué haces en el día normalmente?. Leo.

Quisiera poder decirles algo más interesante, no sé: que me masturbo, que resuelvo ecuaciones matemáticas, que practico el sadomasoquismo, pero no; la verdad es que me dedico exclusivamente a leer.
A veces escribo es verdad, pero eso de escribir me exige demasiado; no soy escritor y escribir un par de folios me toma un tiempo considerable.
Desde luego esto no lo digo. A veces solo quiero comentar que me gusta escribir porque me da la oportunidad de crear, de pensar en algo que solo leyendo jamás habría imaginado, pero resulta que me es imposible llegar a este punto.
Generalmente a mitad del discurso, mi interlocutor me ha dedicado ya una sonrisa condescendiente que cancela cualquier argumento posible.

Con esto tengo la impresión de que hoy en día ser lector es un oficio vilipendiado.Es una lástima porque ser un buen lector es algo verdaderamente complicado.
Para mí es una ocupación de tiempo completo, una afición que demanda una enorme dedicación y un gran esfuerzo intelectual.

En mi caso todo comienza por un trabajo de investigación.Intento construir una base de datos que me permita obtener información de primera mano: diccionarios, periódicos, enciclopedias y algunas aplicaciones informáticas.
Luego viene la lectura que requiere de un enorme espíritu científico ya que hay que detenerse cada vez que se desconoce algo: personajes, palabras, ubicaciones geográficas, sucesos históricos. En esta parte mi ignorancia juega un papel relevante porque a veces leer un solo articulo me puede tomar mas de una hora. Hay que ir a la enciclopedia, buscar información, darle un contexto, acudir a la biografía de los personajes y ya con los deberes hechos entrar en el espacio filosófico, en el de las preguntas y el de los porqués.

Escribir es todavía más complejo porque me obliga a reflexionar.
No se puede transcribir la realidad así; hay que razonarla, intentar abstraerla y luego según el caso, contar una historia paralela o alguna anécdota personal que tiene que conectar con el hecho que se quiere describir. Al final como es de esperarse viene lo mas complicado: expresar en unas cuantas hojas algo que se supone concreto. Y aquí no solo hace falta análisis sino talento para ordenar las palabras; trasponerlas, jugar con las frases, darles sentido. Toda esa sintaxis que a los escritores les es natural pero en mi caso, salvo honrosas excepciones, suele ser una catástrofe.

Por eso prefiero leer. Por la mañana dedico un promedio de tres a cuatro horas para mas de una docena de diarios. A media tarde algunos artículos, entrevistas, algo de literatura y ya de noche un poco de ensayo y alguna biografía antes de dormir.
En resumen ocho o diez horas diarias entregadas a la lectura.

Para mí leer es una manera de ir contra el tiempo, una forma de ganar ese juego perdido. Lo mío no es para nada una vocación intelectual, es una conjura, una anulación.

Quizá miento con esto último, porque desde hace tiempo leer es algo que me apasiona, es solo que a veces pienso que debería llevar una vida normal: ir al trabajo, tener un coche, cobrar la quincena; todo eso que hace la gente para evitar la mirada inquisitiva cuando dices que te dedicas a leer y que no te pagan por hacerlo.

Ricardo Tapia.
Bruselas, Bélgica.
24/05/2006.

Apuntes sobre Darwin.














Patriotismo Americano. Estación Central. Nueva York. Foto Ricardo Tapia.

Esta semana estaba escribiendo un articulo buenísimo.
Durante quince días había recopilado todo tipo de información: datos, encuestas, declaraciones, entrevistas, todo sobre el origen de las especies; la teoría donde Darwin afirmaba que los seres humanos son el producto de transformaciones biológicas en las cuales se ejerció una selección natural donde solo los más aptos sobrevivieron.
Honestamente creo que iba a ser un éxito.

Todavía esta mañana me preguntaba como haría caber ese cúmulo de información en menos de dos folios; porque ustedes no lo saben, pero la editora de El Universal (de la que solo sé que tiene dos perros, juega dominó y practica la carrera de fondo) me tiene casi prohibido excederme en mas de una cuartilla, cuartilla y media.

A lo largo de estas dos semanas trabajé en la traducción de algunas citas donde se afirmaba que la comunidad científica mundial, en su gran mayoría, estaba de acuerdo con la teoría de la evolución no así la estadounidense, entidad que se ha acercado peligrosamente al creacionismo de la derecha cristiana ultra conservadora; la misma que llevó a Bush a la presidencia.

Había conseguido un ejemplar de Le Monde del primero de agosto del año pasado, donde el presidente Bush afirmaba que las tesis sobre el Diseño Inteligente, ligadas al creacionismo y opuestas a la teoría Darviniana de la evolución, deberían ser incluidas en los programas escolares.

Y es que según una encuesta realizada en Noviembre del 2004, un 55% de los americanos creen que Dios creó al hombre en su forma actual y un preocupante 65 % pretende que las teorías creacionistas, entre ellas la del Diseño Inteligente, sean impartidas al mismo tiempo que la teoría de la evolución. Unas cifras sin duda escalofriantes en un país que ha recibido 224 de los 509 premios Nóbel de medicina, física y química.

Durante mucho tiempo los ataques contra Darwin vinieron de ahí, de esos grupos creacionistas que se empeñan en una lectura literal – y errónea- de la Biblia.
Según estos iluminados, la tierra tiene menos de diez mil años, fue creada en seis días y el hombre que la habita fue hecho a imagen y semejanza de Dios o sea, que no desciende de un mono.

Con los partidarios del Diseño Inteligente la ofensiva contra Darwin ha sido más sutil. Estos afirman que la vida es tan compleja que no puede venir mas que de un espíritu superior, de un “diseñador inteligente” que puede ser Dios o cualquier fuerza sobrenatural, llámese extraterrestre o como la insensatez le quiera llamar.

Desde luego mi articulo no pretendía llevar la discusión al campo científico; terreno que se ha dado ya a la tarea de descifrar la secuencia genómica del chimpancé, demostrando con ello que el hombre no desciende del mono pero si que es su primo.
A mí lo que me interesaba era el avasallamiento de la razón.

Si pensamos que Dios creó al hombre tendríamos que aceptar que Dios creó a Bush y tendríamos que aceptar que Dios creó también a Franco lo cual equivale a difamarlo.
Decir que Dios creó al hombre es terminar de un solo golpe con el buen prestigio de Dios. Entonces yo iba a proponer que nos quedáramos con lo del mono, porque a mí en lo personal lo del animal me sienta mucho mejor y por ejemplo a Bush le cae de maravilla.

Pensaba ceder a Bush la defensa de la pretendida ciencia de la creación -que no es mas que una religión camuflada- y dejar que su estupidez terminase por sepultar las teorías como sucedió ya en Diciembre, cuando una corte federal prohibió la enseñanza de la teoría del Diseño Inteligente en los cursos de biología de los Estados Unidos.

Como ven ya tenia casi todo amarrado, solo me faltaban unas notas sobre ese viejo barbado con cara de Dios cuando el cartero llamó a la puerta.

Con mi sobre en la mano, comencé a leer esas líneas inflamadas que decían IFE y que antecedían al coraje inverosímil de los candidatos presidenciales.
Un tanto preocupado dejé de lado las teorías creacionistas y me puse a escribir sobre política y todo eso de las elecciones que ya ustedes habrán leído la semana anterior.

Ricardo Tapia.
Bruselas, Bélgica.
10/05/2006

El Voto In-útil.


















Boleta Electoral, México 2006. Foto. Ricardo Tapia.

Con el supuesto afán de no hacerle el juego a la derecha, los votantes de izquierda nos la hemos envainado varias veces.

Personalmente no siento ninguna simpatía por Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Encuentro en él mas cosas dignas de desprecio que merecedoras de admiración.

No me genera ningún entusiasmo escuchar a un líder que oscila entre la ambigüedad y el mesianismo, que solo cree en su verdad, que en la mejor tradición foxista se empeña en negar lo evidente: las encuestas están cargadas, los críticos se equivocan, los diarios están vendidos, todos mienten. Parece siempre que Andrés Manuel anula la critica no con razones sino con la fe.

Con esto no sorprende su negativa a participar en el primer debate.
AMLO lleva mucho tiempo envuelto en su vanidad, un culto a narciso que no admite contradicciones. Salvo el del martes pasado ni un solo debate, solo monólogos y entrevistadores a modo en su programa televisivo; ni un solo cuestionamiento.

Es verdad que sus galerías oníricas pueden causar alguna gracia: las chachalacas, los pirrurris, los innombrables, lo preocupante es que no son solo imagineria.
En Andrés Manuel la descalificación es argumento.

Es alarmante su desprecio a los que no le aclaman, su intolerancia agresiva y su falta de respeto a las instituciones.
Es un error grave atacar al IFE, aunque no es este su principal yerro.
En su discurso Andrés Manuel equivoca el objetivo fundamental.
No es con los ricos con los que tiene que acabar, sino con los pobres.

Quizá lo más preocupante es su entorno.
La corrupción flagrante de sus brazos político y financiero continúan en el aire.
Andrés Manuel ha demostrado en la responsabilidad de gobierno que puede ser tan incapaz y corrupto como cualquier otro.
Esas listas de candidatos al congreso que no aglutinaron a lo peor del PRD (que era ya de suyo un despropósito) sino a lo peor del PRI, hablan por sí mismas.

Ante tal panorama y sobre todo ante la carencia de una segunda vuelta electoral, los ciudadanos identificados con los valores de izquierda nos encontramos frente a una disyuntiva un tanto sombría. Tenemos a esta izquierda que esta muy lejos de ser la deseable enfrentada a dos opciones de derecha: una con una historia patética que conocemos bien desde hace mas de setenta años y otra con una ineficiencia probada y un fundamentalismo inquietante que representa la continuidad de un proyecto(sic) empresarial y conservador: una especie de Foxismo sin Fox.


PD. Mi voto es para Andrés Manuel.

Ricardo Tapia.
Bruselas, Bélgica
07/06/2006

Los Rolling en Saint Sulpice.


















Plaza de Saint Sulpice. Paris. Foto Ricardo Tapia.

La rubia a mi lado fuma incesantemente. Su mano derecha pasa deprisa las páginas borrando de golpe los rastros del cigarrillo.

Desde la cafetería que domina la plaza observo ese remanso escalofriante que es Saint Sulpice, una iglesia donde la historia y el hombre han depositado tesoros inimaginables.
He estado aquí por lo menos una docena de veces, frente a esta capilla donde las pinturas de Delacroix me siguen pareciendo indescifrables. Jamás he comprendido porqué Jacob pelea con el ángel, cuál es la metáfora de esa batalla.

La rubia del cigarro pasea a mi lado. Su acompañante le sigue de cerca meciendo los cabellos al ritmo de Out of my Cloud, canción de los Rolling Stones que se escucha limpia y doblemente estridente en la amplitud monacal de la iglesia.
Por un instante parece que ese cúmulo de cilindros impecablemente plateados palidece ante la contundencia sonora de los Stones. El sonido se dirige hacia el altar intentando canonizar con el ipod a toda pastilla los versos renegados de los abuelos del rock.

A la pareja siguen decenas de turistas, grupos que recalan en el templo buscando ese magnifico pedazo de mármol; un obelisco que siguiendo los preceptos astrales, determina con exactitud el equinoccio de la primavera y que a decir de los lectores de un libro famoso, es también una pista sobre la ubicación del santo grial y prueba inequívoca de la existencia del Priorato de Sión, sociedad secreta de los descendientes de Jesucristo y Maria Magdalena.

La rubia pasa deprisa las páginas buscando tal vez el capitulo que refiere a Saint Sulpice, las pasa desperadamente sin reparar ni por un instante en el desmentido que el párroco ha colocado junto al obelisco y que aclara, en riguroso francés, que la línea meridiana que atraviesa Saint Sulpice no es ningún vestigio de un templo pagano y que las letras P y S sobre las ventanas en el centro de la nave que describe el narrador, se refieren a San Pedro y San Sulpicio, los dos patronos de la iglesia y no a un Priorato de Sión imaginario.

Inmerso en la fascinación de los espacios, un buen hombre camina por el pasillo con un libro de Balzac. El viejo se une así a los cazadores de pistas, estas otras de aquel escritor que convirtió a Saint Sulpice en el escenario de La Misa del Ateo.
El lugar no puede ser mejor, si hay una iglesia en el mundo donde lo sagrado y lo profano se han tocado en el tiempo es Saint Sulpice; el sitio que dio la fe bautismal a mí nunca bien admirado Marques de Sade y a aquel otro llamado maldito, de apellido Baudelaire.

Satisfecha por las pistas falsas del Best Seller, la rubia sigue con la mirada la línea plateada que parte desde la punta del obelisco atravesando la iglesia hasta el otro costado.
Coincidiendo en el tiempo, el sujeto rocanrolero tararea sin ningún pudor los lamentos de Paint it Black mientras el buen hombre del pasillo pasa de lado desconcertado, buscando quizá algún indicio sobre la pila bautismal de los nunca bien admirados malditos.

De rodillas frente al altar, los devotos observan cómo los turistas del Código Da Vinci conquistan los lugares que los excesos de la fe han dejado a su paso.
Algunos interrumpen sus plegarias preguntándose, cómo es posible que alguien pueda tomarse en serio ese argumento sacrílego de que la descendencia de Jesucristo y Maria Magdalena vive en un secreto preservado por una turba de fanáticos dispuestos a matar por él.

El viejo observa la panorámica desde aquella esquina literaria que aparece en un libro de Víctor Hugo mientras los grupos de turistas se suceden cobijados por los enigmas idiotizantes del libro y la guitarra endiablada de los Stones.

Con una pena tremenda el sacerdote se acerca hasta el individuo rocanrolero.
Su mujer camina por la línea plateada y el ipod reproduce sin ninguna misericordia las notas electrizantes de Simpathy For The Devil.

Ricardo Tapia.
Paris, Francia.
26/04/2006

Los Galácticos.














Estadio Santiago Bernabeu. Madrid. Foto. Ricardo Tapia.

Cuando los medios regalaron esa dimensión extraterrena a los jugadores del Madrid, el equipo se derrumbó cayendo en una espiral sin fondo.

Aquella hecatombe inició con el traspaso de Figo.
Símbolo del Barsa y traidor de la pasión colectiva, Figo llegó al Madrid como un autentico mercenario. Su antipatía hizo palidecer a la de Roberto Carlos y a la de Beckham, la afeminada estrella del Manchester que ponía balones a sesenta metros sonriendo a las cámaras.
La media cancha era del hombre que giraba sobre el esférico, el francés que con una mirada apacible y un estoicismo monacal detenía el tiempo... lo retardaba.
Luego venia Owen con su infinita elegancia acompañando a Ronaldo, quien se empeñaba en hacerle al etéreo flotando en el aire, dando pases hipnotizando el balón.

Los orígenes de la desgracia son fáciles de establecer. Florentino Pérez compró a los jugadores como modelos, intercalando argucias de comunicación subliminal con sus sueños impostergables de riqueza. Convirtió al club entonces en una marca de lujo dejando de lado lo sustantivo, lo que tendría que ser en esencia: un equipo de fútbol con atacantes y defensores. Inmerso en sus promesas irreversibles intentó frenar la debacle, firmando a manera de epígrafe su renuncia antecedida por una sequía sin precedentes.

Para mí los galácticos fueron mucho más que esa hoguera de vanidades, irle al Madrid fue una trinchera, una forma de ir a la contra, un símbolo de resistencia contra esa sociedad exclusiva que tardó mucho en aceptarme. Decían que no había nada que le jodiera mas a un catalán que un madridista, de ahí mi afiliación irremisible a las filas de los merengues.

Aquel año que llegué a Barcelona, mis referencias futbolísticas eran ajenas a lo vernáculo; que un mexicano jugase ahí me daba enteramente lo mismo; yo iba al Camp Nou con la ilusión de apoyar al Madrid.

Los cuatro años que seguí el clásico, los partidos fueron bastante planos. Quizá lo único memorable sea la lluvia de plátanos, botellas, teléfonos móviles y cabezas de marrano que cayeron sobre el alma vendida de Figo en el Camp Nou.
La cobertura mediática era tan fatigante que lo único que esperaba es que llegase de una vez el encuentro, para que las televisoras volvieran a su estado normal y los periódicos me devolvieran la columna que las fotos de Ronaldo y Zidane me habían robado.

A pesar de las campañas recalcitrantes no quería irme de España sin ver a los galácticos, fue por eso que me acerqué aquella mañana al Camp Nou.
Las taquillas como era de esperarse colgaban los letreros de agotado y los precios de reventa no bajaban de trescientos euros. Las cancelaciones se anunciaban para esa misma tarde pero había ya cientos de fanáticos dispuestos a formarse a la espera.

Caminé entonces hasta la parada del autobús frente al Hotel Maria Cristina. Esperando volver a casa, me encontré frente a una turba de seguidores que aguardaban ya a las afueras del hotel.
Aquel mundanal le abría paso a un autocar blanco que parecía mas una nave espacial que un autobús de un equipo de fútbol. La gente se arremolinaba contra aquel vehículo intentando alcanzar alguna de esas camisetas en las que el nombre es más importante que el individuo. Los cabellos dorados de Beckham ondulaban con cierto desprecio y el brillo de la calva de Zidane reflejaba su decadencia: parecía que el mago no podía contener mas el tiempo, lo había retardado tanto que al final terminó por caerle encima.

Tres años después aquí sigo, sentado frente al televisor viendo un Madrid-Barsa. Los galácticos han echado a Figo, arrancando de tajo la poca emoción que le quedaba a los encuentros.
Por el campo parece que nada ha cambiado, los técnicos van y vienen y los galácticos parecen abonados a la derrota: Ronaldo sigue flotando en el césped y Zidane golpea el aire, intentando detener el tiempo.

Ricardo Tapia.
Bruselas, Belgica.
5/04/2006

Un Llamado a la Resistencia.














Los Anti-CPE. Paris,Francia. Foto. Ricardo Tapia.

Boicot contra la Ley de Radio y Televisión.

Los Hechos.

El 1º de Diciembre del 2005 la cámara de diputados aprueba por unanimidad las reformas a la Ley Federal de Radio y Televisión. La Ley Televisa como se le conoce, es aprobada en sólo siete minutos por todos los grupos parlamentarios y enviada al Senado con la misma pretensión de aprobarla sin cambios y con la misma celeridad.Ante la preocupación de diversos sectores sobre la extraña unanimidad en torno a la ley, la aprobación de la minuta es pospuesta hasta Marzo del año en curso.
En su articulo 28, la reforma dispone que las frecuencias que se liberen a partir de que se digitalicen las señales de televisión, sean usadas por los actuales concesionarios sin que el Gobierno tenga obligación de cobrarles por ello. Excluyendo así de los beneficios del paso de análogo a digital, a casi la totalidad de los canales públicos.
La reforma acentúa el dominio de las dos grandes televisoras: Televisa y TV Azteca, habilitándolas para usar las porciones del espectro radioeléctrico liberadas por la digitalización y también para dar servicios de telefonía e Internet sin pasar por licitaciones y pagos de otros participantes en el mercado.
En los últimos días, las bancadas del PAN y del PRI en el Senado deciden aprobar sin modificaciones las reformas que serán votadas esta misma semana.

La Histórica Resistencia Americana.

El 1º de Diciembre de 1955 Rosa Parks, mujer negra de Montgomery Alabama, se niega a ceder su asiento en el autobús a una mujer blanca contraviniendo las leyes del estado. El evento desencadena una campaña de protestas encabezadas por un joven pastor de nombre Martín Luther King, quien organiza un boicot contra los autobuses de toda la ciudad con el fin de detener las prácticas segregacionistas.
Trescientos ochenta y un días después, el boicot da resultado. Al borde de la quiebra, las compañías privadas son obligadas a ceder. Las leyes segregacionistas de Alabama son declaradas inconstitucionales por la suprema corte y la comunidad negra gana su derecho a un trato igualitario en los autobuses de la ciudad.
Un incidente en apariencia banal cambia la historia de los Estados Unidos. Un pastor de la iglesia bautista reinventa una añeja forma de resistencia: La presión económica.

El Ejemplo Francés.

El 1º de Diciembre del 2005, el primer ministro francés Dominique De Villepin prepara una ley para combatir el desempleo en Francia. Los senadores aprueban el proyecto de ley que entre otras medidas incluye el plan gubernamental del llamado CPE- Contrato de Primer Empleo. El CPE es un régimen reservado para los jóvenes de entre 18 y 26 años que establece un periodo laboral de prueba de dos años, durante los cuales el empresario puede despedir al trabajador sin causa ni indemnización. Las calles de toda Francia, en especial las de París, Marsella y Lyón, se inundan de protestas contra la nueva ley. La revuelta en las universidades se extiende a 52 de los 84 centros universitarios; institutos de enseñanza media y numerosos académicos y profesores se unen a la protesta. La izquierda cierra filas en favor de los estudiantes y algunos sindicatos se suman también a la huelga. Tras un mes de movilizaciones diarias, los estudiantes mantienen una fuerte presión sobre el Gobierno para que retire su reforma laboral. Los principales sindicatos han llamado este martes a una nueva huelga general. Millones de personas se volcaran de nuevo a las calles mientras las fuerzas políticas intentan infructuosamente encontrar una salida alternativa a la reactivación del empleo.

La Propuesta.

Imaginar a millones de mexicanos tomando las calles para protestar una ley es todavía una utopía. Comprendemos que la incipiente democracia mexicana esta lejos aun de tener una sociedad comprometida políticamente.
Entendemos así mismo que la sociedad es una parte fundamental de la democracia y que de ella viene la capacidad de influir en los procesos políticos ¿Por qué no despertar entonces a esa sociedad civil, que con una marcha multitudinaria contra la violencia ha dado muestras de su existencia?, ¿Porque no hacerlo con un movimiento simbólico?.
Si la “Ley Televisa” se origina en lo económico, ¿Por qué no atacarla por ahí?, ¿Por qué no utilizar la presión económica para un verdadero complot televisivo?.
Tenemos a mas de cien millones de ciudadanos. Si logramos que al menos un millón APAGUEN SUS TELEVISORES EL DIA MARTES 28, DE 8 PM A 12 PM (EN HORARIO ESTELAR) O POR LO MENOS, QUE NO SINTONICEN UN CANAL DE TELEVISA Y TVAZTECA, habremos de dar un golpe sensible a sus intereses. Desde la comodidad de nuestros hogares podemos hacer sentir un símbolo de resistencia. Si pequeños actos han cambiado la historia de otras sociedades ¿Porque no habrían de cambiar la mexicana?.

Recopilación y Texto: Ricardo Tapia.

Bruselas, Bélgica.
26/03/2006.

Las Estrellas de Eurovisión.














Vuelos de Bajo Coste. Charleroi, Belgica. Foto. Ricardo Tapia.


Estoy en el aeropuerto leyendo el Herald Tribune; un periódico que no acostumbro pero que es una de las pocas publicaciones en el kiosco que no trata sobre cuestiones deportivas, monárquicas o del corazón.

Pasando las hojas me encuentro con un sinfín de banalidades: las nuevas aficiones culinarias de Tom Cruise, el reciente embarazo de Britney Spears y una foto a media plana donde aparecen unos hombres disfrazados de momias.
Imagino como es natural, que se trata de alguna de esas películas de terror con jovencitas calenturientas ocupando los primeros planos. Comienzo por los encabezados y voy descubriendo que no hablan de una película sino del Festival de la canción de Eurovisión; un certamen anual bastante acaramelado donde participan todos los países de la Unión Europea y algunos invitados de medio oriente.

Eurovisión es un concurso televisado donde cada país envía a una estrellita fugaz; personas generalmente extraídas de alguna emisión televisiva o de algún otro programa de tele realidad que dan como resultado un espectáculo francamente patético.
Para desgracia nuestra y como suele suceder en este tipo de emisiones, Eurovisión es uno de los programas mas vistos en el mundo donde el ganador es decidido por el voto pagado de seiscientos millones de inocentes.

Voy en el avión y lo primero que leo, es que este año una banda de Heavy Metal de nombre Lordi, (Disco de platino en Finlandia), fue elegida para representar a su país.
Hasta aquí todo parece enmarcarse dentro de esa palabra completamente subjetiva que engloba a la “normalidad”, a no ser porque el grupo Lordi esta formado por una panda de subnormales disfrazados de cadáveres exhumados.
Es verdad que la visión fantasmagórica da un aire ridículo a la banda, pero Lordi no se distingue solo por seguir la línea de aquel olvidable Twisted Sister, sino por otras costumbres de corte gore entre las que destaca la de volar bloques de carne sangrante en el escenario.

Resulta que estos monstruos de la primera plana del Herald han creado una crisis identitaria en Finlandia, donde a decir de los lideres religiosos, el “aspecto Freddy Krueger” de los integrantes puede incitar a la juventud a ciertos actos satánicos.
Según la nota, la atracción de los finlandeses por Lordi radica en la esperanza de levantar el orgullo nacional, mismo que se ha visto lacerado por los ocho últimos lugares que les han reportado sus representantes y su música folk. Al parecer, las humillaciones han dejado “una huella imborrable en la psique finlandesa, país que considera estas derrotas una vergüenza nacional solo comparable con perder en jockey contra Suecia”.

La nota remata con algunos datos del festival donde afirman que no es la primera ocasión que Eurovisión trae la controversia. Una israelí transexual que ganó en 1998 fue acusada por los rabies de devaluar los valores del estado judío y ahora mismo, un grupo de helénicos griegos ha puesto también el grito en el cielo pidiendo al gobierno Finlandés su intervención.
Los críticos han llamado al presidente de aquel país a ejercer su poder de veto y cambiar a la banda de esperpentos diabólicos por alguna cantante folk, de esas que abundan en Finlandia.

Poco antes de aterrizar recuerdo que yo mismo he seguido en un par de ocasiones el Festival Eurovisión. Una vez porque mi amigo Harald y yo apostamos en un casino en línea contra los suecos y en alguna otra por el morbo que despertó en España una pequeña andaluza que cantaba una bola de sandeces escritas por su madre que la vestía y maquillaba como prostituta, y que por cierto terminó ganando el festival en su edición infantil, demostrando con ello que la estupidez no tiene edad ni mucho menos nacionalidad.

Este año el morbo será de nuevo el pretexto para seguir el Festival de Eurovisión.
Todo parece indicar que el sábado veinte de mayo Lordi y sus secuaces de ultratumba, saltaran al escenario con sus cantos infernales para competir contra las Ketchup; las hijas del gran Tomatito que representarán a la nación española este mismo año.

Ricardo Tapia.
Aviñón, Francia

Votando en el Extranjero.














Catedral Metropolitana. Cd. de Mexico. Foto. Ricardo Tapia

Tengo en las manos la boleta electoral que muchos de ustedes depositaran en las urnas el próximo 2 de Julio.
A dos meses de las elecciones el tiempo nos obliga a la reflexión; a un análisis que defina las nociones de izquierda y derecha y las ponga en su justa dimensión histórica.

Para los mexicanos que venimos al mundo en los últimos setenta años, los conceptos de derecha e izquierda fueron algo reservado a los académicos.
En la política cotidiana solo existía un gran partido, un partido de estado que se decía, y se dice, de centro pero que en muchos sentidos fue la representación más atroz de la extrema derecha.

En el recuerdo de muchos permanece el Partido Revolucionario Institucional (PRI) . Un régimen antidemocrático que gobernó el país durante setenta y un años y que nos dejó a sus gobernados una muy larga lista de agravios.
En esa interminable lista la palabra izquierda apenas figuraba.La oposición era algo subjetivo, algo que corría a cargo de otro partido de derecha, el Partido Acción Nacional (PAN).

Fue hasta muy entrados los ochenta - durante ese gran fraude que encabezó el ahora defensor del bien común y senador del PRI Manuel Bartlett- que la izquierda tuvo una verdadera representación con el Frente Democrático Nacional (FDN).
La historia es de todos conocida. Tras su derrota en los comicios de 1988, el FDN se disolvió dando paso al PRD, un partido de izquierda formado por militantes de la derecha; por esos políticos que no tuvieron ya un espacio dentro de ese ámbito de poder que era el partido de estado y que llenaron ese vacío con personas, algunas de ellas, de la derecha mas arcaica.

Intento establecer vagamente la génesis de esta izquierda, para comprender por qué en México no existe una plena conciencia del significado de la izquierda; quizá se deba a que nunca ha existido como tal.

La izquierda para mí es esa parte del espectro político que dice representar los intereses de los más débiles; una corriente de pensamiento que busca renovar el contrato social poniendo en marcha políticas inclusivas, políticas que reconozcan a los grupos minoritarios: indígenas, homosexuales, inmigrantes, discapacitados.
Un movimiento que busca una distribución más justa del ingreso mediante políticas que no vean al mundo como una sociedad de consumo sino de seres humanos.
Una lucha por evitar esa globalización que no globaliza el ingreso sino la pobreza.

La izquierda en su concepción más romántica es una corriente que intenta pagar esa vieja deuda que una muy pequeña parte de la sociedad tiene con una inmensa mayoría.
Una opción política para los que no quieren mas dinero sino mejor educación, para los que piensan que la inversión no debe ser en las grandes empresas sino en el desarrollo humano.

Dentro de esta dicotomía observo a la derecha; a los apóstoles del libre mercado.
La opción de los que quieren hacer del mundo una gran empresa que genere dinero.La lógica de los privilegiados que idealizan el capital; de esos que intentan mejorar el país monopolizándolo. La alternativa de la iglesia católica y sus puritanos de la moralidad quienes no pierden oportunidad para condenar el uso del condón, la despenalización del aborto, la eutanasia y la manipulación de células madre.
En suma la opción de los conservadores, de los empresarios que no recuerdan que el capital del dinero se nutre del capital de las manos, de los que no ven la vida mas allá de los índices económicos y que recortan las seguridades sociales cuando las cifras no cuadran. De los que no se dan cuenta que gobernar es anteponer las necesidades sociales a la inercia personal.

En el panorama mexicano veo a una pequeña derecha que representa el PAN más religioso, ese que imparte la bendición después de cada discurso. Del otro lado una izquierda casi invisible encarnada por el Partido Alternativa de Patricia Mercado y un enorme centro en donde se encuentran los candidatos de los tres partidos principales.
Es aquí, en esta trinidad de la degradación política donde se vislumbran las razones por la que estos hombres son hoy de derecha y mañana de izquierda, es aquí donde la ideología es un mero formulismo; donde no hay compromisos, donde no hay ética, no hay principios y lamentablemente tampoco hay castigos. Es en este lugar donde urge una memoria histórica en la sociedad que descifre las filiaciones políticas de los candidatos.

Me parece que este 2 de Julio los mexicanos nos enfrentamos a una elección entre dos maneras de concebir el mundo. A una elección libre que a pesar de su complejidad no es de ninguna manera ese maniqueísmo barato que han intentado vendernos a fuerza de spots. Nuestra responsabilidad ahora, como ciudadanos, es crear una conciencia critica; definir las ideas, encontrar los argumentos y pasar entonces a lo sustantivo: al análisis de los partidos, a la critica de sus propuestas y a la apreciación objetiva de nuestros muy lamentables candidatos.

Ricardo Tapia.
Bruselas, Bélgica.
03/05/2006

Soñando con Loló.


















Riviera Francesa. Marsella. Foto. Ricardo Tapia.

Hasta el día de ayer, jamás había retenido en la mente alguna secuencia de un sueño.

Desde la mañana me enganchó una imagen que un amigo francés me envió por correo. Bien a bien no entiendo porque me hizo llegar aquel articulo; imagino que en alguna borrachera habré confesado esa terrible debilidad, seguramente edipica, que siento por los senos.

La foto que acompaña la nota es de una rubia falsísima; una chica de senos planetarios contenidos apenas por un sostén milimétrico. Su nombre es Loló Ferrari, seudónimo que anula cualquier sarcasmo y que mexicanizado del francés coloquial, quiere decir algo así como: La “Chichis” Ferrari.

Y bueno, la verdad es que la imagen da un poco de aprensión, uno comprende que una baja autoestima pueda llevar a una mujer al umbral de los implantes, pero pasar al quirófano dieciocho veces como dice el articulo, es por decir lo menos escalofriante. El número de operaciones parece inversamente proporcional a las carencias afectivas de esta rubia falsísima.

Renglones abajo por una curiosidad, malsana desde luego, uno se va enterando de las intimidades. Una infancia durísima donde la madre se empeña en menospreciar a la hija, restregándole a diario su estupidez y su falta de estética. Un padre ausente que se desentiende absolutamente de ella entregándola prácticamente al altar a muy temprana edad, obviamente con un hombre veinte años mayor.

Con el desprecio vienen las cirugías y ese deseo incesante por cambiar todo aquello que tanto desagrada a la madre. Los traumas se convierten en un cocktail explosivo que mezclado con un toque de colágeno, algunos liftings y unas prótesis mamarias hacen de su vida un espectáculo esperpéntico.

Durante años se desnuda por los clubes de Europa lanzando con su indumentaria los comienzos de su música pop. De su voz salen las notas de Air Bag Generation, titulo que dando gravedad a la metáfora, es acompañado por un grupo de senudas auto- bautizadas como las Silicon Girls.
Con unos globos estratosféricos que no le permiten siquiera subirse a un avión, Ferrari permanece en tierra ingiriendo barbitúricos a manera de bombones; paralizada por el miedo de que una posible perdida de presión en la aeronave pudiese reventarle un seno.

Haciendo acopio de silicón, esta muñeca inflable de 37 años, símbolo de la decadencia depresiva y victima absoluta de sí misma, termina de esculpir esas monstruosidades en la operación número veinticinco. Con cerca de tres kilogramos en cada teta llega a los Records Guiness, alcance que corona con algunas felaciones en un par de películas de alta temperatura. Con sus seis kilos a cuestas se presenta en Cannes y aprovechando la publicidad del festival consigue un contrato en un programa de televisión inglés llamado Eurotrash.

Observo obsesionado la foto y no son los implantes descomunales de esta francesa lo que me provoca una aprensión particular, sino su rostro. En la señorita Ferrari (dejemos lo de señorita a la imaginación) el rostro es estremecedor. Una mujer de treinta y tantos años con una cara completamente momificada; una obra quirúrgica muy malintencionada en la que parece que la cronología no va ligada al tiempo, sino al azar.

Y aqui viene lo del sueño.
En mi sueño aparecía Loló ataviada con un tangón de esos rojos bastante vulgares.
Su cuerpo desprendía un olor extraño; un vapor tenebroso salia de sus ojos mientras su boca dejaba caer pastillas multicolores que formaban un arco iris entre seno y seno.

Yo lejos de sentir placer me sentía aterrorizado, cualquier situación erótica era rebasada por un miedo desquiciante. Los ciento treinta centímetros de pechos me asfixiaban lentamente.
Cerca de lo que parecía una muerte inminente, mi mujer me despertó tiritando en el último estertor. Mi cuerpo yacía en la cama con el cobertor enrollado en la cara mientras mi mente se batía a muerte contra los senos grotescos de La Ferrari.

Horas mas tarde fui hasta la mesa donde seguían los folios con esos senos monumentales. Tomé la última hoja y al finalizar la nota un viento helado me recorrió la espina dorsal.
Hacia el fondo del articulo unas líneas escalofriantes terminaban por dar la vuelta al mito: Loló Ferrari murió hace seis años, victima de una sobredosis de bombones, en su casa, en la Riviera Francesa.

Ricardo Tapia.
Bruselas, Belgica.
23/03/2006

Memorias del 11-M.


















Estación de Atocha. Madrid. Foto. Ricardo Tapia.

Avasallada por el ruido infernal del ir y venir citadino, la mañana trascurría con una extraña normalidad. El tiempo parecía aletargado y un silencio incómodo se sentía súbitamente en uno de los puntos neurálgicos de la ciudad.
Era la mañana del 12 de Marzo.

Cerca del mediodía, los semáforos que dominaban la intersección pasaron al intermitente. Los conductores detuvieron sus vehículos: Metro, Tram, Autobuses, todos los transportes permanecieron inmóviles. Durante algunos minutos el sonido de los pájaros y su aleteo chocando al viento fueron las únicas señales de vida.

En punto de las doce del día no hubo una sola voz, la gente bajó la mirada y un silencio abismal se apoderó del vacío. Los peatones rompieron el paso y el tiempo se detuvo por unos instantes....

Desde aquella mañana en que un terremoto devastó la Ciudad de México, jamás había vuelto a sentir esa proximidad ante la tragedia. Los cuatro trenes de cercanías que estallaron en Madrid eran los mismos que abordábamos a diario. Las diez bombas que explotaron entre las 7:39 y las 7:42 pudieron haber estado ahí, escondidas entre las espaldas de esos cientos de trabajadores que abarrotábamos los vagones al amanecer.

Aqui en Barcelona, la manifestación fue llamada alrededor de las siete. A lo largo del Paseo de Gracia las mantas negras caían desde lo alto: la senyera catalana, la bandera española y cientos de listones negros ondeaban saludando a los manifestantes.
La gente inundaba las calles y cerca de las ocho de la noche el número de asistentes superaba al de la población entera de toda la ciudad.

En la llamada jornada de reflexión del sábado 13 y a solo un día de las elecciones, las perversiones del gobierno dieron un vuelco a la historia.
Una segunda manifestación fue convocada al caer la noche.

Las cadenas nacionales y autonómicas transmitieron el segundo recorrido. Los ciudadanos volvieron a salir, esta vez caminando por La Rambla, golpeando cacerolas y gritando consignas contra el Partido Popular.
La protesta se extendió confundiendo el sonido de las televisoras con el estruendo detrás de las ventanas: Cientos de vecinos agitaban sus cacerolas desde los balcones, horas antes de que cerca del ochenta por ciento de los ciudadanos salieran de nueva cuenta a las calles, esta vez a emitir su voto.

Lo demás es una historia conocida.
Las preferencias electorales que lideraba el Partido Popular se desplomaron ante la obstinación del gobierno en ocultar la verdad.La impericia gubernamental, la palidez de sus argumentos y la manipulación de los medios salieron a la luz. La opinión publica se enteró entonces que aquella barbarie no fue otra cosa, sino la respuesta de los radicales masacrados por la coalición de las Azores meses atrás. De los hombres y mujeres que días antes escucharon caer las bombas, de esas personas que vieron a sus familias morir y que sintieron el terror entre las balas de las milicias liberadoras.

El Domingo 14 de Marzo, el Partido Popular perdió las elecciones y los periódicos de todo el mundo pusieron nombre y apellidos a la tragedia: Ciento noventa personas perdieron la vida en el peor atentado que se haya registrado jamás en la historia de España.

Ricardo Tapia.
Barcelona, España.
10/03/2006

Trajes de Desnudos.














Plaza España. Barcelona. Foto. Ricardo Tapia.

... eso mismo pensaba al ver a esa panda de encuerados correteando a lo largo del Paralelo.

Cuando Spencer Tunick fotografió a esos siete mil desnudos frente a mi casa, en la Plaza España de Barcelona, me preguntaba: ¿Qué había pasado en la sociedad, para que siete mil personas, de las doce mil originalmente inscritas, tuvieran la voluntad de encuerarse al unísono, cautivos de las causas de Tunick?.

Las noticias llegaron después, ya que salvo algunos enterados, pocos sabían lo que sucedería aquella mañana de Junio. Los medios coincidieron en que el evento habría sido un éxito a no ser por esa panda de valientes que salieron corriendo por el Paralelo.

Yo buscando alguna respuesta, imaginé la evolución al revés.
Ponerla en negativo me explicaba ese instinto primigenio de andar desnudo por la calle, pero no solo eso, mirar la evolución en sentido inverso me llevaba a varios fenómenos mas: El de la moda retro o el de millones de mexicanos decididos a apoyar al régimen que los robó por mas de medio siglo. Mi teoría de la involución se fundaba en premisas evidentes: todas las sociedades están enfrascadas en sus opuestos, todas buscan su diferencia desde la homogeneidad, y desde luego, todas buscan, en apariencia, la libertad.

Tampoco me hagan mucho caso, la verdad es que no soy teórico de nada. Lo que escribo es producto del ocio, de los mas de cien domingos al hilo que llevo en los últimos tiempos, pero sobre todo de las charlas existencialistas que sostengo conmigo de vez en cuando. Tampoco se crean que reflexiono a menudo, casi nunca dispongo de respuestas y siempre hablo de lo mismo. De hecho ya he tratado esto de las libertades en otras ocasiones; sigo pensando que es tan estúpido el que se opone a los matrimonios homosexuales como el que celebra la ley antitabaco, en lo sustantivo es lo mismo: la imposición de la voluntad de un tercero sobre la propia. Un tercero que, llámese mujer, sociedad o estado, dispone de la decisión ajena.

Las imágenes de Tunick dieron la vuelta al mundo.
Un año después, el ayuntamiento de Barcelona reconoció en unos trípticos, el derecho de todo ciudadano a ir desnudo por la calle.
La medida en favor del respeto a la libertad de indumentaria, fue un logro sin precedentes: fue volver a la prehistoria para cambiar a la sociedad: la involución como evolución.

A mí nunca se me ocurrió andar en pelotas por la calle, pero si que me anoté a las sesiones nudistas de las Piscinas Picornell.

Mi primera incursión nudista tuvo poco de anecdótico, a no ser por los doce encuerados de los vestidores que se contaban de la manera siguiente: once hombres y mi mujer.
Ver a mi esposa desnuda en la misma sala de baño junto a otros diez hombres desnudos, fue un tanto bochornoso, aunque, contrario a lo que ustedes puedan pensar, no era ella quien atraía las miradas, sino un servidor; ya que como bien apunta Savater: Hay quienes no desean a la mujer de su prójimo, sino al prójimo mismo.

No obstante, salí de los vestidores dispuesto a convivir con los naturalistas. Parapetado entre toallas y una gorra de baño me dispuse a disfrutar del contacto con la naturaleza: belleza que brillaba por su ausencia entre cuatro paredes, un jacuzzi y una panda de homosexuales. Decepcionado me quité los calzones y ya sin mucho afán, me tiré al agua.

De todo aquello han pasado casi dos años, tiempo en que los nudistas, lejos del furor de los trípticos y de Tunick, dejaron de ser noticia. Fue hasta que el Gobierno Español legalizó los matrimonios homosexuales que volvieron a la carga.
En Barcelona miles de personas salieron a la calle y el colectivo gay organizó una especie de loveparade donde los encuerados no faltaron.

Desde aquella vez no había visto encuerados.
Aquí en Bruselas el sentido común no permite andar en bolas por la calle, aunque según parece, en Londres sucede lo contrario, o al menos eso pensaba esta tarde al ver una foto en un diario londinense. En ella, un par de actores de la Compañía de Teatro Natural, invitan a la próxima exposición de Tunick, muestra que exhibirá las imágenes de las dos mil personas que posaron para él en Newcastle.

Al mirar la fotografía, noté que los actores estaban vestidos de desnudos: un hombre y una mujer, que en lugar de despojarse de su ropa, decidieron ponerse trajes de desnudos

.... eso mismo pensaba al ver a esa panda de encuerados correteando a lo largo del Paralelo... pensaba que estaban vestidos de encuerados y que habían inventado el traje perfecto, el remedio idóneo para camuflarse entre la sociedad.

Ricardo Tapia.
Bruselas, Bélgica.
14/02/2006

Desde el Olvido.














In Memoriam. México. Foto. Ricardo Tapia.


Los relojes marcan las seis treinta de la mañana cuando una detonación vuela literalmente la estructura que apuntala los accesos a mas de diez metros de altura.

La dimensión de la catástrofe es a todas luces evidente: 1,200 mineros permanecen enterrados bajo los escombros. El estado de las perforaciones y el peligro que representa todo tipo de descenso impiden el rescate. El aire es asfixiante, la deflagración se apodera de las galerías y los derrumbes se producen en cadena.

Los cortejos fúnebres de los primeros setenta y cinco obreros se enfilan por las calles; tres mil de los poco mas de cuatro mil habitantes del lugar son empleados de la compañía minera. La atmósfera de dolor es manchada por la interrupción prematura de las búsquedas. El inspector general de minas dice que los trabajos de salvamento carecen de toda esperanza y sobretodo representan un grave peligro para los rescatistas.
La cólera y la indignación se imponen al luto en respuesta a los esfuerzos del primer ministro por proteger a las empresas. Las corporaciones adoptan la tesis del accidente imprevisible y los trabajos de rescate son suspendidos. Los delegados mineros se apresuran a declarar que 800 hombres pudieron haber sido salvados una semana después del drama...

Desde luego no es esta la crónica de la tragedia en Pasta de Conchos, sino de las minas de carbón de Courrieres en el norte de Francia donde hace exactamente cien años, 1,099 hombres perdieron la vida en las mismas condiciones que los mineros de Coahuila.

En México, la tragedia costó la vida a sesenta y cinco personas en un estallido de gas metano en la mina número ocho de la unidad Pasta de Conchos propiedad de Industrial Minera México en San Juan Sabinas.

Sabemos ahora que los sistemas de ventilación tenían serios problemas, que las estructuras eran de una peligrosidad extrema, que las concentraciones de gas rebasaban a veces el triple del máximo permitido y un sinnúmero de irregularidades más.
La información la debemos al Centro de Reflexión y Acción Laboral quien ha recogido testimonios y ha presentado un sólido informe sobre el tema.

Nos encontramos entonces frente a la combinación letal de la negligencia, la apatía, el gas metano y la corrupción. Los trabajadores conocían el peligro en el que se hallaban y habían previsto suspender las labores hacia las cuatro de la mañana; precisamente a dos horas de que la muerte se adelantara a su paso.

De las investigaciones periciales ni una sola noticia.No sabemos aun porque la empresa y las autoridades tardaron una semana en reconocer los decesos. Nadie nos ha dicho por qué solo existen dos inspectores para mas de una centena de minas.
La sociedad desconoce el destino de los cincuenta y cinco millones de dólares que el Grupo México entregó al sindicato minero que lidera Napoleón Gómez Urrutia y que debieron haber sido repartidos entre los trabajadores de las cuatro empresas subsidiarias y no-solo entre dos, como lo hizo creer el líder sindical a sus agremiados.

Las preguntas se agolpan y el desenlace a la mexicana se prepara una vez más.
Los mismos lugares comunes que se adoptan ante toda desgracia llegan puntuales a cada declaración: Aplicaremos todo el peso de la ley, investigaremos a fondo, actuaremos conforme a derecho, deslindaremos responsabilidades.
Todas esas promesas que cualquier ciudadano mexicano de mediana sensatez conoce bien y que el obispo Alonso Garza Treviño refirió con cierto sarcasmo al dirigirse a las familias de los obreros de manera simbólica: Pídanle a Dios pa’que ilumine a las autoridades, les dijo.

Al día de hoy han pasado dos meses y no tenemos un informe oficial.
Hemos visto una trifulca entre la porción mas activa del sindicalismo mexicano y el gobierno; las páginas de los diarios nos han recetado las escandalosas cuentas bancarias del líder obrero y sus respectivos bienes inmobiliarios. Por el contrario, de la empresa y los muertos apenas tenemos noticias, las investigaciones no han conducido siquiera a establecer con precisión lo ocurrido; no se ha fincado una sola responsabilidad. Los cuerpos siguen sin ser rescatados, la sociedad ha perdido como siempre la memoria y las sesenta y cinco victimas y sus deudos se han dejado como ya es costumbre a la ignominia y al olvido.

Ricardo Tapia.
Bruselas, Bélgica.
19/04/2006

La de Nacho.














El Bagdad. Barcelona. Foto. Ricardo Tapia.

No menos de una docena de diarios han hecho hincapié en el fenómeno de moda. En sus editoriales, los intelectuales españoles han fijado su atención en lo que quizá sea el gran boom editorial de este invierno.

Difícil tarea seria precisar si el mismo libro ha pasado de largo frente a su contenido, un contenido sustancial y sustancioso para algunos; un contenido que no es otra cosa sino la polla de Nacho Vidal. Para los menos avispados que no hayan leído todavía alguna traducción literaria hecha en España, la palabra polla es al castellano lo que la verga es al mexicano...

Pues resulta que Nacho es un Catalán avecindado en Barcelona que consiguió llevar a la praxis ese sueño que alguna vez todos acariciamos: Ganarse el sustento con el sudor de la polla.Pero ¿Por qué los intelectuales se han interesado en la sobrada carne de este Catalán?. En primera instancia se debe a la biografía recién publicada sobre la vida, obra y calenturas de Vidal, libro que he de confesar me he procurado últimamente.
En este libro el buen Nacho conduce al lector por sus inicios en el mundo del porno; primero como modelo y luego como semental en un centro de espectáculos que tiene la dudosa fama, según cuenta el diario El País, de haber contagiado de sida al mismísimo Magic Johnson y que tiene también la particularidad de situarse en la misma calle donde vivo.

Fue en este antro de nombre Bagdad donde Nacho se estrenó en el mainstream. Según cuenta, sus primeras incursiones anales en ese show anunciado como porno participativo fueron lamentables. La futura estrella no lograba empalmar esos 23 centímetros de carne bruta. Historias como estas pululan en el libro, que a decir verdad luego de la página veinte es como todas las peliculas del género: cansino y repetitivo. Las páginas se llenan de elogios al nuevo mito y también a su benefactor Rocco Siffredi, principal promotor de Nacho con quien cruzó las fronteras californianas para montarse unas orgías envidiables.

La polla de Nacho esta hoy en boca de media España y no solo por su libro sino por sus recientes problemas con la justicia mexicana, su aparición en el último video de Miguel Bose y como no... por la última sensación alternativa de la navidad pasada: La reproducción de la sobada polla en látex y tamaño natural.De tal suerte y a sabiendas de que no cualquiera se puede llevar al culo la polla pura y dura de Nacho, algún empresario ideó este premio de consolación y nunca mejor utilizada la palabra.

En estas andaba yo, leyendo las editoriales e intentando terminar el fatigoso libro en un sillón de la libreria, cuando miren lo que hace el morbo, me dirigí a un sex shop casi frente al mítico Bagdad.

Admito que la curiosidad fue más grande que mi voluntad y dado que no había visto jamás la polla en cuestión, decidí preguntar por el afamado juguete. La dependienta de dudoso aspecto se acercó hasta mí y ya en confianza repuso en tono caritativo: Uuuy, de la de Nacho no nos queda, pero tenemos la de Rocco que tiene las mismas dimensiones.Desilusionado y un tanto sonrojado subí por la Rambla en mi paseo habitual de todos los sábados y no es que hoy en día de vergüenza parecer homosexual en Europa, sino que es un tanto incómodo andar preguntando por la polla de no se quien.
Apresuré el paso con rumbo a la librería y tras sortear un par de escaleras y decenas de consumidores navideños, me encontré frente a la estantería vacía que colgaba un letrero de agotado.

Desde aquel día no puedo evitar la sensación de frustración que el furor por la de Nacho esta provocando en mí.Pues miren por donde un pornostar puede vender libros, películas y duplicados de su cuerpo... y en otras palabras mover al mundo con el poder de su polla.

Me gustaría continuar detallando las virtudes del citado pollon, pero a pesar de que han pasado algunos meses de aquella travesía, aun no tengo el gusto de conocerlo.

Ricardo Tapia.
Barcelona, España.
19/01/2005





La Autovía de Castelldefels.














Esclavismo en la Autovia. Castelldefels,Barcelona. Foto. Ricardo Tapia.


Podría iniciar contando: “Conocí a una chica...” y luego continuar diciendo que coincidíamos a diario en el autobús que iba de Castelldefels a Barcelona. De lo cotidiano pasaríamos a los saludos tímidos: ¿Que tal el trabajo?, ¿Cómo lo llevas?, Así hasta que las palabras se fueran con ella hacia una zona desértica de la autovía.

Hundida en la miseria que bordea los Cárpatos, Paty dejó Rumania. Con un pasaporte falso llegó hasta Alemania, donde fue recibida por dos hombres quienes la encerraron en un sótano junto a otras decenas de mujeres.

He pensado obsesivamente como contar esta historia y en mi memoria no encuentro otra cosa que sus palabras...

Allá nos violaban. Después trajeron a España, tuvimos días cerca de Boqueria pero apenas cabía en el piso, éramos diez, algunas hacemos turno de noche, otras de mañana. No dormir, dos tres hora, nada mas. En la calle guardias vigilan, miran donde van, con quien va, cuanto cobras. Lo menos son veinte pero cuando cobra veinte no-queda nada a nosotros, todo es ellos, tampoco podemos cobrar mas porque revisan. Cuando llega casa, nos quitan ropa a ver que traen: yo he puesto billete aquí, abajo y he sido enferma.
Luego me trajeron acá, aquí peruana cuidan y rusa no habla español.
A la noche, a tres o cuatro de madrugada vienen guardias y nos lleva de vuelta al piso, llega a lavar ropa, comer algo y en la tarde de vuelta otra vez autovía.
Ellos tienen pasaporte, papeles, fotos de familia, de hijos. Tengo aquí dos años, quedan dos pagar, ellos dan dinero familia, tiene que hacer sacrificio.

Ensimismada en su monólogo terminó de golpe y llevándose las manos a la boca, bajó del autobús cuidándose las espaldas.

Aquel relato me rebasó por completo.
Desde la indigencia moral seguí sus pasos con la mirada y lloré, lloré en silencio, lloré ante la impotencia del esclavismo más atroz, del abuso inmisericorde, al que por lo menos en España, están sometidas el 95% de mujeres que ejercen la prostitución.

Durante varios meses miré obsesivamente aquel tapiz de jóvenes trashumando a lo largo de la autovía de Castelldefels.Con aquella obsesión vino el tiempo y con el tiempo sus palabras y el olvido...

Ricardo Tapia.
Colonia, Alemania.
20/02/2006

El Nuevo Aleph.


















Turistas con Venus de Milo. Museo de Louvre. Paris. Foto Ricardo Tapia.

De alguna manera mi vida se ha movido entre revelaciones, revelaciones que aparte de muy esporádicas, son medianamente irrelevantes.

La última sucedió en un camión de Barcelona, aunque a decir verdad... mis revelaciones nunca han servido de gran cosa.

En Barcelona, el destino se ensañaba conmigo: sin trabajo, sin dinero y sin ninguna revelación en puerta decidí moverme en sentido contrario. Se me ocurrió entonces comprar en amazon unas ediciones especiales de Coltrane y otras joyas a precios estratosféricos, o sea, gastar el dinero que no tenia por aquello de que dinero llama dinero.
El correo llevó a casa el tesoro, pero la mala suerte no cedió ni un ápice.

Subí en aquel camión con el arrojo que caracteriza a los infractores; pendiente del controlador, permanecí en silencio hasta que un oriental rompió mi concentración y contestó su teléfono que sonaba incesantemente. Al escuchar su idioma, sin querer viajé a Japón.

A todas luces se trataba de una estupidez, porque aparte de que no tengo ni zorra idea de cómo sea Japón, su llamada podría venir de Shangai o de Corea y lo más probable es que el hombre detrás de la línea se encontrase no mas allá del Raval o del Barrio Gótico de Barcelona, pero, ¿Y si en verdad estaba hablando a Japón?.
De ser así, tendría frente a mí a un tipo insignificante hablando en un transporte público, a través de un aparato de no más de cinco centímetros, a miles de kilómetros de distancia, en tiempo real y con calidad digital. De pronto me faltó el aliento, porque en medio de mi ensoñación vino la revelación: Mi compra en amazon.

Lo que hice semanas antes fue: sentarme ante una pantalla en un barrio inmundo de Barcelona, entrar a una página de venta en línea en Estados Unidos, pagar con una tarjeta de crédito mexicana (cuya cuenta y deudas son pagaderos en pesos mexicanos), comprar unos discos importados que según me dijeron se encontraban en sus almacenes de Alemania y recibir semanas después, en otro barrio miserable de Barcelona, un paquete con la mercancía solicitada. El proceso me tomó menos de cinco minutos.
Aquella revelación me dio escalofríos.

En 1949 Jorge Luis Borges escribió su cuento más celebrado: El Aleph.
Incluido en el libro epónimo, el Aleph cuenta la historia de Carlos Argentino Daneri, un hombre que descubre en el sótano de su casa, un punto donde cada cosa es a su vez, un numero infinito de cosas.
En voz de Daneri (la cita viene de las obras completas de Borges, libro que adquirí en México, importado desde Argentina, vía Estados Unidos por amazon): Un Aleph es uno de los puntos del espacio que contiene todos los puntos.

Y esto viene a cuento porque esta mañana estuve en el Museo del Louvre.
Abrumado por la belleza me senté en una butaca desierta y ya instalado en el olvido, vi a lo lejos un cartel que prohibía la fotografía, y que apostillaba lo siguiente:
Las imágenes de las 35,000 obras aquí expuestas se encuentran en nuestro sitio de Internet: www.louvre.fr.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo y las imágenes comenzaron a sucederse: periódicos, aviones, comida, religión, idiomas, juegos, palabras, gente, letras, música, puertos, libros.

No sé si el genio de Borges lo vislumbró, pero quizá le hubiera gustado presenciar, cómo su profecía, el punto que domina todos los puntos, ha llegado a nuestras manos sin apenas darnos cuenta.

Ricardo Tapia.
Paris, Francia.
31/1/2006

Y al Final de la Rambla.


















Fuente de Canaletas. La Rambla. Barcelona. Foto. Ricardo Tapia.

"El titulo era todo un enigma: La Negra Flor, ¿Y es que existen flores negras fuera del Mercado del Chopo?, ¿Que será una Rambla me preguntaba yo mientras tarareaba el estribillo: ...Y al final de la ramblaaa... me encontréee con la neegra flor. Habré tenido unos quince años y siempre quise saber el significado de aquella canción”.

Le contaba esta anécdota al Javi mientras bebíamos Brandy tirados en la arena del Chiringuito Beach, uno de mis bares favoritos frente al Mediterráneo.
Era mi ultima noche en Barcelona y a pesar de la fiesta no podía evitar esa sensación de vacío que entrecortaba mi aliento, esa nostalgia por lo que se va dejando al paso: los amigos, la música, el mar.

Nunca quise escribir una línea sobre esta ciudad. Primero por el miedo a la falsa apreciación del turista y después por esa sensación permeable de vivir en un desengaño permanente. Mis prejuicios sobre España se difuminaban, uno y otro caían frente a esto que llaman: Els Paísos Catalans.
Cataluña terminó siendo un mundo entero: un encuentro con esa lengua paralela que es el castellano y otra que campea entre éste y el francés, una comida fantástica y sobre todo una serie de falsos mitos como aquel de la sociedad cosmopolita, una entidad que esconde sin éxito su discriminación hacia el emigrante, una sociedad renuente y desmemoriada que parece olvidar que hace no mucho, los que buscaban una mejor vida no eran otros sino ellos mismos.

Hoy parece que Cataluña vive inmersa en el pecado de sentirse única, quizá esto explica su cultura anti-taurina, su distancia con el Flamenco y su identidad afrancesada; quizá sea esa la respuesta a tantos años de represión franquista mismos que justificarían esa manta subversiva y futbolera que cuelga dentro del Camp Nou, la de: Catalunya is not Spain.

Me voy de esa Cataluña que no es España con la cuenta saldada y con un puñado de amigos, hombres extraordinarios que me desvelaron la otra España, la de los jamones y los vinos, la de las sevillanas y el rebujo, la del flamenco y el canto, la de las dicotomías entrañables que fascinan al extranjero. Fue a su lado que caminaba Rambla abajo en busca de algún indicio, de alguna escultura, de algo que diera significado a mi canción de juventud.

La música del Chiringuito se desvaneció al amanecer.
Ante el inminente adiós unos brazos me estrujaron y un par de lágrimas cayeron sobre los hombros abandonados, la última botella se vació y Javi comenzó dando tumbos rubricando la escena con una guacareada monumental.
Caminamos a lo largo del Paseo Marítimo bajo la mirada del Colón, la estatua nos vigilaba celosa mientras apuntaba con el índice hacia algún lugar que no es América. Fue ahí, a los pies del Colón despistado, que recibí el ultimo desengaño. Una resaca de pronóstico reservado me dio un destello de lucidez. De pronto pude desmenuzar aquella frase infranqueable.

Luego de dos años en Barcelona y de cientos de paseos por la Rambla al fin pude colegir el verdadero significado de aquella canción, porque al final de la Rambla, las negras flores, como las llama Juan Perro, continúan ahí: todas estas putas subsaharianas que aun hoy después de tantos años te siguen comiendo la polla por menos de veinte euros.

Ricardo Tapia
Bruselas, Bélgica.

De Vuelta a Casa .


















Bolsa de Valores. Cd. de México. Foto. Ricardo Tapia.

Ejercitar la nostalgia es el deporte del fracasado; evocar el pretérito es a menudo el refugio del perdedor, el autoengaño que convierte sus recuerdos en un paraíso idílico.
Mis años en Barcelona construyeron una falsa idea de México; mi memoria, caprichosa como todas, se obstinaba buscando esos lugares comunes donde fui feliz.

Vuelvo a casa... la noche es larga y el sueño corto.
Es de madrugada, camino por el centro histórico sorteando el paraíso perdido, el espacio robado por la economía informal, la respuesta obvia de la sociedad ante la ineptitud de sus gobernantes, ante la necesidad y la pobreza acumulada.
Las edificaciones virreinales apenas y pueden mirarse entre vendedores de baratijas y mendigos. Los cientos de anuncios espectaculares que dibujan la silueta del skyline mexicano muestran la imagen de un hombre que se empeña en tropezar una y otra vez con las palabras, con las ideas y hasta con su propia mujer, la imagen de un presidente cansado, apático, canoso. Otros seis años perdidos y contando.

El presidente rebasado por su cargo exige un poco de optimismo para observar el progreso de México y en parte tiene razón, porque en verdad hay cosas como la piratería que han evolucionado notablemente, ahora los infractores venden sus discos en el metro haciéndolos sonar a través de un altavoz ensordecedor. La anarquía del transporte publico ha triunfado también, entronizado en su coto de poder, intocable, circulando en sentido contrario, intimidando a los conductores, sin ningún respeto por las personas y peor aun ni por la autoridad quien contempla sus atropellos sonriendo cándidamente.
Don Carlos Slim es ya uno de los hombres más ricos del mundo gracias a la generosidad del gobierno quien lleva años defendiendo a ultranza su monopolio; la prueba tangente de que si se puede, que si se puede lucrar con la necesidad y la estupidez, un verdadero ejemplo para esos millones de mexicanos hundidos en la miseria, cerca de la mitad del país para ser exactos.

Vuelvo a Santa Fe en busca de esta dualidad: la opulencia de la nueva ciudad y sus edificaciones high tech contrapuesta al hambre y a la miseria más vil de los barrios que la bordean. Una desigualdad social vergonzosa, un abismo que se contrae pero casi siempre se expande, que une y separa a México y a su sociedad dividida por un clasismo repugnante y por una discriminación estética y económica. Sigue pareciendo increíble que hoy en día la palabra indio sirva no como símbolo de veneración y respeto de una cultura, sino como un insulto al ignorante, al feo, al pendejo, al jodido.

Vuelvo a México en calidad de extranjero, disfrutando pero contando los días para largarme, administrando la nostalgia, reciclando la esperanza y observando como mi país se conforma tendiendo un puente terrible hacia la resignación proveniente de su apatía política, de la carencia de educación y de respeto al bien común.

Es verdad que aquí parece que las cosas operan por gracia divina y sí, aquí estoy esperando que esa gracia me toque para escribir algo sobre México, pero no sé sobre cuál, sobre el México turístico, el de mis recuerdos, el miserable, el aristócrata, el intelectual o sobre el México que espero... o sea, otro México.

Ricardo Tapia.
México, D.F.
2/10/2005

El Maniático.


















Islas Ciclades. Grecia. Foto, Ricardo Tapia.

… pero hablaba de mis manías… de ese entramado de excentricidades que esta terminando por atajarme.
Verán, hubo un tiempo en que solía leer el periódico después del almuerzo, sin duda una excelente costumbre hasta que llegaba la manía, la de comenzar siempre por el final y la de no dejar a nadie ponerle un dedo encima antes que yo.
Mi mujer por ejemplo tiene la manía de reflexionar; una manía harto necesaria cuando los problemas apremian pero engorrosa cuando la demanda merece una respuesta inmediata, de hecho salir con ella se ha vuelto un deporte de alto riesgo cuando los dependientes la miran inquisitivos en medio de su cavilación.

Pero hablaba de mis manías... cierto es que he aprendido a vivir con ellas y aunque a veces parezco un viejo cascarrabias intento dominarlas con mediano éxito.
La complicación viene al salir de mi hábitat: He pasado horas intentando encontrar un periódico en el centro de Montreal o días enteros buscando hielos por La Habana. El ardor de los culos negros y el sol a toda ebullición me dejaban sin cubos en unos instantes, avasallado, sin poder beber mi preciado ron añejo, porque resulta que tengo la manía de beber en vasos cubiertos de hielo y por si esto fuera poco tampoco bebo de ningún vaso si esta lleno, mi manía por los vasos colmados es tal que tengo que derramar una parte de la bebida hasta alcanzar un volumen que yo considere aceptable.

En el caso del vino el capricho viene con las copas, si no hay una copa impecablemente limpia procuro no beber y eso si que me jode frente a los chipirones y todas estas delicias de la cocina mediterránea donde vivo.
Mis incursiones en las fiestas familiares se mueven en la misma tesitura, toda vez que en Francia no se acostumbran las bebidas con hielo y más de una vez he intentado sobrevivir a las celebraciones marianas inmerso en una sobriedad suicida.

Aquí no es la excepción. En Grecia mi manía me esta costando caro, quiero decir caro en todas las acepciones que la expresión pueda tener porque frente a una canícula extrema tengo que saciar mi sed en una de estas terrazas turísticas y ordenar mi primera manía, un vaso pleno de hielo, luchar contra la de mi santa que se debate entre vino y café frappé y lidiar con la tercera y mas crítica, la de tirar parte del vaso rebosante de líquido que el camarero tuvo a bien llenar.

Esta pequeña sinfonía tiene una connotación profunda, cuando al mirar mi bebida fluir por el suelo observo ese espejo liquido que me devuelve una imagen lamentable; un trago repentino me arrebata la abstracción y el reflejo revela como mis manías se vuelven obsesiones y como me he convertido en un verdadero manía-tico a los treinta años.

Ricardo Tapia
Atenas, Grecia
18/08/05