La Autovía de Castelldefels.
Esclavismo en la Autovia. Castelldefels,Barcelona. Foto. Ricardo Tapia.
Podría iniciar contando: “Conocí a una chica...” y luego continuar diciendo que coincidíamos a diario en el autobús que iba de Castelldefels a Barcelona. De lo cotidiano pasaríamos a los saludos tímidos: ¿Que tal el trabajo?, ¿Cómo lo llevas?, Así hasta que las palabras se fueran con ella hacia una zona desértica de la autovía.
Hundida en la miseria que bordea los Cárpatos, Paty dejó Rumania. Con un pasaporte falso llegó hasta Alemania, donde fue recibida por dos hombres quienes la encerraron en un sótano junto a otras decenas de mujeres.
He pensado obsesivamente como contar esta historia y en mi memoria no encuentro otra cosa que sus palabras...
Allá nos violaban. Después trajeron a España, tuvimos días cerca de Boqueria pero apenas cabía en el piso, éramos diez, algunas hacemos turno de noche, otras de mañana. No dormir, dos tres hora, nada mas. En la calle guardias vigilan, miran donde van, con quien va, cuanto cobras. Lo menos son veinte pero cuando cobra veinte no-queda nada a nosotros, todo es ellos, tampoco podemos cobrar mas porque revisan. Cuando llega casa, nos quitan ropa a ver que traen: yo he puesto billete aquí, abajo y he sido enferma.
Luego me trajeron acá, aquí peruana cuidan y rusa no habla español.
A la noche, a tres o cuatro de madrugada vienen guardias y nos lleva de vuelta al piso, llega a lavar ropa, comer algo y en la tarde de vuelta otra vez autovía.
Ellos tienen pasaporte, papeles, fotos de familia, de hijos. Tengo aquí dos años, quedan dos pagar, ellos dan dinero familia, tiene que hacer sacrificio.
Ensimismada en su monólogo terminó de golpe y llevándose las manos a la boca, bajó del autobús cuidándose las espaldas.
Aquel relato me rebasó por completo.
Desde la indigencia moral seguí sus pasos con la mirada y lloré, lloré en silencio, lloré ante la impotencia del esclavismo más atroz, del abuso inmisericorde, al que por lo menos en España, están sometidas el 95% de mujeres que ejercen la prostitución.
Durante varios meses miré obsesivamente aquel tapiz de jóvenes trashumando a lo largo de la autovía de Castelldefels.Con aquella obsesión vino el tiempo y con el tiempo sus palabras y el olvido...
Ricardo Tapia.
Colonia, Alemania.
20/02/2006
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